Cuando se espera la llegada de un bebé, uno de los preparativos más emocionantes, así como también confusos, es elegir su ropa. De esta manera, es muy fácil dejarse llevar por lo adorable de las prendas y terminar con más de lo necesario. Muchas familias acaban comprando por impulso, regalando o incluso dejando sin estrenar varias prendas porque el bebé crece más rápido de lo que imaginaban. La realidad es que un recién nacido necesita ropa práctica, cómoda y en una cantidad razonable.
A menudo, los padres primerizos se sienten perdidos al no saber cuántos bodies, pijamas o conjuntos comprar. De igual manera, cada bebé es diferente, ya que algunos requieren más cambios diarios por reflujo, sudor o accidentes con el pañal, mientras que otros apenas ensucian. Por eso, más allá de una lista fija, lo importante es tener una base funcional y luego adaptarse a las necesidades del día a día. En este contexto, una tienda ropa bebe online suele ser una buena opción para encontrar diferentes opciones y variedad, con prendas ordenadas de forma organizada.

A continuación, explicaremos de forma sencilla cómo planificar el armario de un bebé sin exagerar. De esta forma, será fácil descubrir cuánta ropa es realmente necesaria, qué prendas son imprescindibles y cómo organizarse para no desperdiciar dinero ni espacio.
Las prendas básicas que no deben faltar
Para empezar, lo fundamental es contar con una base de prendas esenciales que se usarán todos los días. Los bodies son primordiales, ya que funcionan como ropa interior y camiseta, siendo recomendable tener entre 6 y 8 unidades, preferiblemente con broches para facilitar el cambio de pañal. En cuanto a los pijamas enterizos, entre 5 y 7 serán suficientes para cubrir toda la semana, incluyendo algún recambio para imprevistos nocturnos.
También es útil tener de 3 a 5 conjuntos para salir, como pantalones suaves y camisetas o vestidos cómodos. No hay que obsesionarse con tener mucha ropa de “salida”, ya que durante los primeros meses la mayoría del tiempo el bebé estará en casa. En climas fríos, un abrigo, un gorrito de algodón y 2 o 3 pares de calcetines extra pueden ser importantes, y, si es verano, bastarán un par de prendas frescas como peleles sin mangas.
Otro elemento a considerar son los baberos y muselinas, que aunque no son ropa como tal, sí protegen las prendas del bebé y evitan que se ensucien con cada toma. Tener unos 4 o 5 baberos y 2 o 3 muselinas de recambio facilitará el día a día.
Lo que evitar – Excesos y compras innecesarias
Uno de los errores más comunes es comprar demasiada ropa de talla de 0-3 meses. Aunque parece que el recién nacido la usará mucho, en realidad crecen muy rápido, y algunas prendas apenas se usan una o dos veces. Muchas familias reciben regalos de ropa que ni siquiera llegan a estrenar por este motivo. Por eso, es mejor comprar en cantidades moderadas e ir ampliando el armario según el crecimiento real del bebé.
También es importante evitar prendas complicadas, con muchos botones, cremalleras duras o tejidos poco transpirables. Aunque se vean bonitas, no siempre son cómodas para el bebé ni prácticas para los padres. La ropa debe facilitar los cambios, proteger la piel y permitir libertad de movimiento. Cuanto más sencilla y funcional, mejor será para el uso diario.
Por otro lado, hay que desconfiar de las compras “por si acaso”. Tener un armario abarrotado no hará la vida más fácil. Al contrario, ya que genera más lavadoras, más espacio ocupado y más estrés al elegir qué ponerle al bebé. Resulta preferible tener menos prendas de buena calidad y bien elegidas, que muchas que terminen olvidadas en el fondo del cajón.
Claves para organizar y planificar el armario del bebé
Una vez que se tienen claras las prendas necesarias, lo siguiente es organizar bien el armario para que todo esté accesible y no se pierda entre montones. Para ello, se recomienda usar divisores por tallas, cajones o cestas para separar bodies, pijamas, conjuntos y accesorios. De igual forma, doblar la ropa en vertical o enrollarla ayuda a ver todo de un vistazo y evita comprar cosas repetidas porque no se sabía que ya se tenían.
Otro consejo habitual es planificar por semanas. De esta manera, hay que calcular qué cantidad de ropa se necesita para cubrir unos 7 días, teniendo en cuenta que se harán al menos 1 o 2 lavadoras por semana. Si se tiene espacio limitado o se quiere ser más minimalista, se puede preparar un “kit de supervivencia” con solo lo esencial e ir complementando si se ve que te falta algo. Esto también ayuda a comprar con más conciencia y evitar compras impulsivas.
Por último, hay que aprovechar las etiquetas y listas simples para llevar control de lo que ya se tiene y lo que realmente se necesita. Se puede hacer una lista por etapa (0-3 meses, 3-6 meses, etc.) para prever compras futuras sin adelantarse demasiado. Y si se tiene más de un bebé o se planea ampliar la familia, guardar la ropa que aún esté en buen estado para reutilizarla más adelante.